La condena se paga con mil años de retraso tecnológico
Tierra sin identificar.- El mito conocido como Tlaxcala, antigua y aparente ciudad precursora de Atlantis, ha tomado tanta fuerza en la cultura popular mexicana que, gracias al efecto Mandela, a veces creemos que sí existe. Su primera mención data de una noticia regional sobre unas escaleras eléctricas, las primeras del pueblo; ese fue el comienzo de uno de los temas más fantásticos del interior de la república, superando el folclore de la Llorona y de frotar los extremos de un pepino para que no se amargue.
El mito tan rico en bullying fue estudiado por historiadores de la universidad de Berkeley (jajaja, como si de veras) y determinaron en sus primeros resultados que, dada la naturaleza carrillera del “estado”, es muy probable que debamos analizar a sus antepasados. De ser así, los tlaxcaltecas serían responsables de ser el grupo prehispánico con más zapes en su cabeza, históricamente, por darle pase libre a Hernán Cortés rumbo a la conquista de México, allá en 1521, tres días después del cumpleaños de Chabelo.
Si bien es una aseveración aventurada puesto que no puede haber traición en un país que aún no existía, la mitología de Tlaxcala se ha extendido más rápido que la caída del comunismo y parece que se quedará mucho tiempo. De ser comprobado que la mala fama de este lugar tenga razón en sus hechos del pasado, es muy posible que no lleguemos con vida para ver un buen nombre de Tlaxcala, incluso un habitante que sí provenga de aquí.
Nota del editor: No vayan a discutir en serio como historiadores profesionales en un post del Deforma, quieránse mucho.
