Ahí viene lo bueno, joven
México.- El tema de la semana fue, sin lugar a duda, la culpa: cómo lidiar con ella, cómo curarla, cómo hacer que se vaya. Esta fue la historia de Mauricio Clark, a quien hemos visto en repetidas ocasiones lidiando con sus dos grandes adicciones: la cocaína… y los hombres.
Tras dar a conocer que la manera de curar sus “problemas” fue a través de recibir a Dios en su corazón, por obvias razones, el siglo XXI le metió una regañiza tremenda.
Oh padre santo que todo lo ves y todo lo escuchas, ¿acaso hay cura para las preferencias sexuales? Contesta, por favor, a través de uno de tus fieles ciervos:
Que pena pero no es gripe. No se quita.
— Pedro Sola (@pedrosola) July 24, 2018
Si Clark pensaba que seguiría “sangrando” este tema para provocar controversia, ganar relevancia, o de plano exorcizar sus demonios a través de la libre expresión, ¿qué crees?, pues que ÑO, y Conapred ya le puso un hasta aquí.
Resulta que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación apeló en contra de las “terapias de conversión”, mismas que “no son guiadas por investigaciones científicas o psiquiátricas rigurosas, sino que se basan en teorías y literatura cuya validez científica es cuestionable”.
Ay Conapred, “teorías y literatura”, te pasaste de lanza.
Todo esto mencionado en un discreto tuit onda “dejaré esto por aquí y me iré lentamente”, reemplazando a un directo y cruel “ya te echamos el ojo, Mauricio, a la próxima te damos cuello”.
El 28 de junio del 2017 nos pronunciamos contra las "terapias de conversión" por ser una forma de violencia y discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. #LGBT https://t.co/QgY5K9xj9i pic.twitter.com/iX6iMdHDEj
— conapred (@CONAPRED) July 24, 2018
Se te dijo una y mil veces, Mauricio, y no hiciste caso, ahora ya te fichó Conapred. Ni modo, veremos qué más acontece sobre este caso.