“¡Houston, tenemos una cumbia!”
Mazatlán Solar.- Científicos de la NASA anduvieron en Mazatlán para lo del eclipse total de Sol, y para nada les molestó lo de la música de banda.
En semanas pasadas, se hizo viral el caso de que un grupejo de hoteleros se quejó de la música de banda en dicho destino turístico que porque no les gustaba a los turistas extranjeros, lo que dio pie a la reacción que ya se imaginarán.
Que anda enojado Mister Coppel, porque los de la NASA andan bailando banda en Mazatlan un día antes del eclipse solar pic.twitter.com/wMJErbpKA3
— SINALOANEWS (@sinaloanews) April 7, 2024
Los días pasaron y todo volvió a la normalidad a la calma en dicho puerto (entiéndase “normalidad” porque los gringos y hoteleros se tuvieron que quedar con las ganas de seguirse quejando), aunque bien sabemos que en el futuro van a volver intentar prohibir dicha música.
La gente de la NASA ya no se va a devolver a Cabo Cañaveral
Ahora con motivo del eclipse del 8 de abril y que se vería especialmente bien en Mazatlán, llegaron expertos a dicho lugar con la intención de observar el fenómeno que no se volverá a repetir de 30 años… o para octubre, según lo que pase primero.
Los de la NASA: “venimos a México para documentar las primeras fotos del eclipse.
Los de la NASA en Mazatlán … pic.twitter.com/nsplIMr6CP— Nu (@PediaNu) April 7, 2024
Fue así que estos especialistas de la NASA anduvieron en las calles del puerto sinaloense bailando al son de la banda, e incluso se aventaron las típicas “callejonadas” en las que les dan un tour a los turistas por calles típicas de la ciudad.
En los videos se puede observar el buen ritmo que traen estos astrónomos a quienes les salen ronchas sí se quitan el uniforme de su trabajo aunque sean horas inhábiles.
Neto Coppel viendo a los de NASA bailando con la banda en Mazatlán:#EclipseSolar2024 pic.twitter.com/vGMpIz1YUb
— Holly (@GolightlyHollly) April 7, 2024
Esto viene a demostrar que no a todos los extranjeros les molesta esta música popular de nuestro país, y que los que se quejaron tienen la bendita opción de no volver a venir jamás para llevar su “derrama económica” a otro lado.