Jaque mate, conspiranoicos
Cumbre del conspiranoico congelado.- Un alpinista se tomó una foto en la cima del Monte Everest en donde se descarta de una vez y para siempre la teoría de los terraplanistas.
Y es que de una fecha para acá, han aparecido sobre todo en las redes sociales, grupo de chifladitos personas que aseguran que la Tierra no es redonda tal y como la ciencia lo ha determinado, sino que sería plana.
Semejantes aseveraciones han provocado todo tipo de reacciones entre el resto de la humanidad, sobre todo de risa contagiosa; pero por increíble que parezca, esta legión de terraplanistas sigue ganando adeptos entre personas que gustan de creer en cosas sin sentido y en busca de parecer “especiales” entre sus conocidos.
Esta alpinista acabó de un jalón con los terraplanistas
Si bien, las pruebas de la redondez de la Tierra son muchas y vastas, ya saben que bien dijo Mark Twain que “es más fácil engañar a alguien que convencerlo que ha sido engañado”, y pues los terraplanistas no dejan de asegurar su hipótesis.
Es así que un hombre que escaló la cordillera del Himalaya logró tomar una foto que hará que veamos todavía peor a estos conspiranoicos, pues en ella se aprecia claramente que nuestro planeta es esférico. Digo, ahí estaban las fotos de la NASA que tampoco querían creer, pero bueno.
I love it. A man climbed Everest and took a selfie to prove to flat Earthers that our planet is indeed curved. pic.twitter.com/Gl2DlyE94a
— Bill Murtagh (@cavendishbill) December 23, 2022
La foto tomada justo en el pico del Monte Everest a manera de selfie entre todos los integrantes de la comitiva que escaló la montaña más alta del mundo, y en ella se ve sin espacio para la duda, que el planeta es redondo a pesar de lo que algunas criaturas del Señor puedan decir.
Esta teoría siempre fue absurdo, y tal parece que solo fue lanzada para deslegitimar las otras “teorías de conspiración” que luego terminan por comprobarse, como para poner todas “en un mismo saco”.
Y por si no lo viste: unas botargas del Dr. Simi se pusieron a empujar un taxi descompuesto por aquellos que dudaban que eran también súper héroes.