“Señor, me has mirado a los ojos y sonriendo has dicho Adanowsky”
Auditorio Bebito Fiu Fiu.- Mis tías siempre decían que todos los sábados de gloria llovían. Y vaya que este no fue la excepción. El Sábado de Gloria es el nombre que los cristianos y católicos dan al día donde cae la primera luna llena de la primavera. Se trata de la conmemoración de Jesús en el sepulcro y su descenso al abismo después de ser crucificado. “Y resucitó al tercer día según las escrituras…”, decían. Pero desgraciadamente, en el caso de Adanowsky, tuvieron que pasar casi ocho años y una pandemia para ver resurgir de la oscuridad a tan semejante artista.
El Auditorio BB en la ciudad de México se convertiría así en un auténtico sepulcro. En punto de las 20:30 hrs, El Ídolo hizo su aparición entre la multitud, caminando entre mortales hasta llegar al escenario. Los primeros acordes de “Estoy Mal” sonaron y la gente de inmediato río y lloró, todo fue una confusión. Comenzó así a entregarse a una noche de emociones, contrastes y enanos.
Para cuando Adán Jodorowsky tocó “El Ídolo” el personaje que marcaría el inicio de su carrera comenzaría a relucir. Él siempre ha presumido que sus primeros pasos de baile se los enseñó James Brown y que sus primeros acordes de guitarra vinieron del mismísimo George Harrison, mira nomás esas palancas. No se trata de un privilegio artístico nada más. Se trata de una fortuna muy bien aprovechada con la cual ha logrado llenar de magia auténtica el escenario.
¿Si, bueno, quién habla? ¿Ahí lavan ropa?
Además de músico, Adán Jodorowsky ahora presume de ser productor de una variedad de artistas que si bien parecieran estar sacados de la condecci, guardan algo en común que solo Adán ha sido capaz de identificar y moldear, llegando a realizar con ellos colaboraciones como el caso de Bandalos Chinos, quienes se enlazaron desde Buenos Aires a través de una llamada telefónica para cantar con él “Departamento”, para deleite de los enamorados y tristeza del becario dejado.
Adanowsky se preocupó por darle a cada canción un detalle especial. Para “Vértigo de Amor” contó con la presencia de la bailarina mexicana Greta Elizondo, quién protagoniza el videoclip de la misma canción. En otros momentos de la noche, también contó con la colaboración de Sabino y Daniela Spalla (te amo). Hasta un pequeño niño de nombre Gibrán quién ganó una dinámica para cantar con el “narizón de oro” y sobre el escenario estrujó los corazones de los asistentes.
El toque onírico y surrealista llegó cuando de la nada el concierto era animado por payasos, enanos y hasta luchadores. Entre plátanos y pétalos de rosas el escenario de pronto parecía como si estuviéramos en alguna película de su padre Alejandro Jodorowsky quien no nos quiere mucho.
El contraste de emociones entonces llegó cuando Adanowsky decidió tocar solo, en compañía de su guitarra para rendirle tributo a su hermano Cristóbal, quien recientemente murió. Fue así que interpretó “Déjame Llorar”, canción que su hermano canta y toca en la película de su padre Santa Sangre. Uma delicia….
¿ Adanowsky pateó al Dr. Simi como Dua Lipa?
No, y a pesar de que le aventaron uno, prefiero sacarlo del escenario y no interactuar con él. No sabemos si ya había mucho surrealismo sobre el escenario o de plano es una moda que no tarda en morirse.