Ambiente con feromonas.- Ya que andamos hablando de lugares con extrañas prácticas para dividir a sus clientes, vamos a recordar lo que la tienda Abercrombie & Fitch hacía en su mero auge.
Dicha tienda de ropa que fue todo un ícono a principio de la década de los 2000, con el tiempo tuvo problemas debido a que se supo que su CEO Mike Jeffries, solo quería que hubiera gente “bonita” dentro de sus tiendas, y no solo eso, sino que solo quería que esa misma gente que él consideraba bonita fuera la que usara sus prendas.
La cadena se volvió tan famosa que un tiempo fue la única marca de ropa que los jóvenes de clase media alta querían usar, de ahí que hayan tenido un exponencial crecimiento.
La imagen de la marca fue cuidadosamente planeada por Jeffries, y desde que se entraba a la tienda se percibía una estética para dar el sentimiento de “éxito” y donde los jóvenes podrían vestirse como “frat boys”, además del olor a feromonas en el ambiente que provocaba ansías de comprar… o de volver con tu vecina.
En las paredes de las tiendas colgaban cuadras de jóvenes atléticos y bellos para tranquilidad de su CEO pues su verdadera intención era que Abercrombie fuera sólo para la gente “bonita”.
Pero el CEO no solo tenía este “sueño” sino que lo llevó a la realidad, pues según se supo hace algunos años, existía un “manual de la empresa” en donde los reclutadores de la cadena tenían que elegir personas con peinados limpios y bien cortados, que fueran “bonitas y delgadas” y manifestaba que expresiones de cultura o raza como las rastas eran “inaceptables”, de ahí que se le haya acusado de racismo.
Fue tanto el escándalo cuando esto se supo que provocó que Netflix hiciera un documental (que es lo único bueno que haya Netflix ya) titulado White Hot en donde se habla de este tipo de políticas que imperaban en la tienda (y en otras tantas).
“Muchas personas no pertenecen a nuestra ropa y no pueden pertenecer. ¿Somos excluyentes? Absolutamente. Las personas atractivas atraen a otras personas atractivas, y queremos comercializar a personas atractivas y geniales. No vendemos a nadie más que eso”, aseguró Jeffries había en una entrevista para la revistan Salon
, en donde aceptaba que solo quería que gente “bonita y delgada” usara su ropa.El tal Jefries salió de la empresa en 2014 cuando la marca ya enfrentaba problemas financieros y de inmediato las acciones subieron 8%, lo que nos habla que hasta la gente “bonita” festejó su caída.
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