Si quieres jugar Call of Duty no lo vas a hacer en tu Playstation
Océanos de las fusiones.- Microsoft se los está garchando a todos. Y es que hoy nos amanecimos con la noticia de que el gigante de la informática había adquirido el estudio Activisión Blizzard, famoso por haber realizado algunos de los videojuegos más icónicos de los últimos años, entre los que destacan Bandicoot Crash, Diablo, StarCraft y Candy Crush, mismos que ahora pasarán a ser exclusivos del Xbox.
This generation is looking more like NES vs Master System. Sony, You have killer teams, making good games, buuuuuuuut:#games #gaming #xbox #Microsoft #ActivisionBlizzard #consolewars #gaming #PlayStation5 #playstation https://t.co/lbDYKGCSLu
— Jason (@Six4Suregames) January 18, 2022
No contentos con el fatal golpe que Microsoft había dado hace algunos meses con la compra de Bethesda, ahora parece que le estaría dando la patada final a Sony con esta compra, pues prácticamente lo deja solo con la posibilidad de sacar solamente eternos God of Wars y malas secuelas de The Last of Us.
“Esta adquisición acelerará el crecimiento del negocio de juegos de Microsoft en dispositivos móviles, PC, consolas y la nube, y proporcionará elementos básicos para el metaverso”, especificó Microsoft tras la compra.
Microsoft le acaba de dar los santos óleos al PlayStation
La operación total fue por 68 mil 700 millones de dólares (como 5 veces en lo que andan vendiendo Banamex) y por ella Microsoft se hace propietario del estudio responsable de videojuegos como Call of Duty, Diablo o World of Warcraft.
Los casi 10 mil empleados que integraban el estudio pasarán ahora a formar parte de la familia Microsoft, por lo que habrá que cambiarles el chaleco.
“Estamos invirtiendo profundamente en contenido de clase mundial, comunidad y la nube para marcar el comienzo de una nueva era de juegos que pone a los jugadores y creadores primero y hace que los juegos sean seguros, inclusivos y accesibles para todos”, explicó Satyua Nadella, vicepresidente ejecutivo de Microsoft quien fue elegido por el mismísimo señor Burns.