Fuente de sodas.- Hay muchas cosas en la historia (y en el imaginario popular) por las que se recuerda a Pancho Villa, y sin duda, su supuesto alcoholismo siempre sale a florecer como una de sus principales características, pero resulta que no, que a Doroteo Arango ni siquiera le gustaba el alcohol, y por el contrario, era un entusiasta empedernido de las malteadas.
Ahora sí que “Mi Pancho Villa no era bandolero: podrá ser adúltero, mujeriego, cometer abigeato, violento, bandolero… ¡pero nunca un borracho cochino!”.jpg
Según se cuenta, Francisco Villa no solo no gustaba del vino, sino que era enemigo de las bebidas alcohólicas, tanto que cuando fue gobernador de Chihuahua mandó cerrar 50 locales donde se vendían bebidas embriagantes, y ahí donde estaban instaladas, mandó construir escuelas pues le tenía un profundo respeto a la educación.
Esto contrasta con la clásica imagen de revolucionario quienes prácticamente por obligación debían ser borrachos, pero en el caso del Centauro del Norte, fue completamente lo contrario; al igual que Plutarco Elías Calles, quien fue gobernador de Sonora, presidente de México y fundador del PRI, quien también declaró la guerra al alcoholismo mediante un decreto.
Si bien, todo en torno al personaje (Villa) está lleno de claroscuros, lo cierto es que lo de que era abstemio parece ser un consenso entre sus biógrafos, y no se entiende cómo es que la imagen mental y reproducida en Hollywood
más recurrente de él es estando alcoholizado.Por último, se dice por relatos que a Pancho le gustaba pasearse por los pueblos en busca de malteadas de fresa para saciar su sed.
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"Puso en riesgo las relaciones bilaterales con ese país" , espetó el mandatario
CLONADAMENTE CIERTO
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