Bosque de los repartidores perdidos.- El gobierno de la Ciudad de México ya amenazó anunció que impondrá un nuevo impuesto a las aplicaciones de entrega de comida a domicilio (apps de delivery, para que entiendan los whitexicans) como Uber Eats, Rappi, Didi y anexas.
El impuesto sería del 2% y entraría en vigor a partir de enero, para que ahorita pidas todo el sushi y los chilaquiles que quieras que después ya va a estar más difícil.
“Se plantea la adición del artículo 307 TER, dado que la actual pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 ha generado restricciones en la circulación de personas y mercancías en todo el mundo, con el objetivo de frenar la propagación del mencionado virus, máxime, considerando las mutaciones que se han presentado y han vuelto a poner en alerta a los sistemas de salud de todas las naciones”, aseguró la secretaría de administración y finanzas de la CDMX cumpliendo así la promesa no crear nuevos impuestos.
Este modelo de negocios tuvo un importante repunte durante la pandemia de más del 80% precisamente porque era una forma en que las personas se quedaran en casa, cosa que ahora será aprovechado por el gobierno capitalino para recaudar donde antes no lo hacía.
La propuesta ha generado un profundo rechazo entre la ciudadanía e incluso el hashtag #NoAlImpuesto fue trendig topic, y ya han surgido un montón de memes al respecto, y de hecho se ha abierto un debate al respecto:
“El impuesto que pretenden cobrar a las plataformas de delivery no es para el usuario o repartidores, sino para las empresas. ¿A quién creen que lo van a cobrar esas empresas? Pero bueno”, mencionó en Twitter un economista de las redes.
La Asociación Mexicana de Ventas Online (AMVO. Extraño acrónimo ¿no?) estima que el comercio electrónico se duplicará para el años 2022 generando una derrama de 18 mil millones de dólares, lo que explica la idea que tuvieron en el gobierno.