Me pregunto si también odian el perejil
Huerto de la Abuela.- Muchos podrían pensar que el 24 de febrero solamente es el día de la bandera de Italia, pero no, también es el Día Internacional del Odio al Cilantro.
La festividad I Hate Coriander (estoy seguro que hasta por contexto lo pueden traducir) se celebra hoy y reúne en las redes a 240 mil personas que comparten el mismo odio por la hierba aromática la cual no solo no les gusta, sino que la desprecian.
Australians as ever, unflinchingly get right to the heart of the truth #Ihatecoriander pic.twitter.com/N5nJJFTHhC
— Stephen Fry (@stephenfry) January 8, 2017
La repulsión por el cilantro va más allá de las papilas gustativas, pues según el diario The Telegraph, casi el 10% de la población mundial es afectada por un gen que hace que las personas encuentren desagradable el sabor de la hierba que sirve como especia y sin la cual no podríamos entender las salsitas en nuestro país.
“No me pregunten de donde viene el odio, NO lo sé. Lo único que sé es que sí siento el sabor del cilantro, todo me empieza a saber a jabón”, explica un miembro que celebra la efeméride de hoy.
Coriander. You either love it😍 or you hate it😡, there no other way.
👉In 2019, Slovenia imported 1,457 kg of crushed coriander seeds. #IHateCorianderDay pic.twitter.com/TsMLywgEkN— Statistics Slovenia (@StatSlovenia) February 24, 2021
El estudio en mención refiere que este gen causa que el olfato se agudice al sentir el aroma del cilantro, creando repulsión por toda la comida mientras se siga oliendo la planta.
La celebración nació en Europa, y esto no es casualidad, pues según un estudio de la revista BMC, un 26% de las personas cuyos ancestros salieron de Europa tienen repulsión por la planta que te venden afuera de los conciertos, mientras que solo un 12% de los descendientes de Asia tienen el mismo problema.
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Como conclusión, es una cuestión genética incontrolable, cosa que podremos decir las personas de bien cuando veamos que alguien le pone cátsup a los frijoles o echan a perder la pizza con la piña.
Ya que andamos con gente rara: a Pepillo Origel ya nos lo volvieron a vacunar contra el covid y está que no cabe de contento.