Desayunar un tazón de cereal y otros clásicos que siguen endulzando tus mañanas
Esas experiencias que todos guardamos en el corazón
México.- A primera vista, comer un clásico tazón de cereal no pareciera tener muchas implicaciones ni grandes efectos. Pero si observamos con atención y profundamente, nos damos cuenta de que este simple acto esconde muchas gratas experiencias al comenzar nuestro día.
Si aún dudas de ello, haz la prueba. Sírvete de desayunar un buen tazón de Corn Flakes de Nestlé y escucha atentamente lo que te dicen las hojuelas, la leche y el mismo tazón. Deja que los planes de tu día se vayan acomodando poco a poco. Un buen desayuno puede salvarte del estrés, las preocupaciones y las prisas.
Existen distintos rituales que haces a la hora de despertar, desde escuchar las veinte alarmas del celular, hasta quedarse viendo al infinito mientras se te va el sueño. Y la experiencia más clásica que haces todas las mañanas es desayunarte un tazón de cereal para hacer tu vida más alegre. Así que veamos cuáles son los clásicos que existen, además de unos Corn Flakes de Nestlé.
1. Que te despierte el despertador vecinal, o sea, la dulce canción de “se compran colchones, tambores, refrigeradores”, o el vendedor de cloro o el clásico grito de “el gaaaas”.
2. Quedarte sentado en la cama, una vez que te acabas de despertar, y mirar hacia la nada un par de minutos, pensando en todo lo que debes hacer durante el día y en todo lo que harías si fueras millonario.
3. Dormirte cinco minutitos más y luego despertar todo apresurado al ver que no pasaron cinco minutos sino media hora.
4. Desayunar unos ricos Corn Flakes de Nestlé y no saber si poner primero la leche o el cereal. O también que se te acabe primero el cereal y te sobre leche, de modo que le pones más cereal; pero luego te falta leche, entonces le pones más leche… y así te la pasas hasta crear un bucle infinito.
5. Aplicar la del gimnasio en casa; o sea, te avientas una rutina de cardio o yoga o zumba o lo que gustes antes de hacer tu chamba. Obviamente esto nomás aplica cuando no se te hace tarde.
6. Despertar temprano no es tan malo sabiendo que si se te acabaron los Corn Flakes de Nestlé, también existe su versión -Amaranto-, delicia de los dioses mañaneros.
7. Realizar todos los reportes extremos mañaneros: desde vestirte rapidísimo, sacar al perro al baño porque si no se hace adentro. Sin olvidar, claro, conectarte a tiempo a zoom para tu clase en línea o junta de trabajo con tu jefe.
8. Por supuesto, llevar el cereal un paso más adelante. Otro gran clásico en el tazón con cereal es incorporar allí la fruta de tu preferencia. Digamos, cortas un plátano o unas fresas y, ¡pum!, tienes al instante un desayuno supremo y equilibrado.
9. Tener cierta obsesión por saber si no se te olvida nada. El clásico ritual de aunque no tengas que salir de casa, estar seguro de que apagaste el bóiler, cerraste bien las ventanas, le diste de comer al Firuláis y no olvidaste contestar tu whatsapp.
Y estos casos emblemáticos son sólo algunos de los que existen cada vez que te despiertas tempranito. Siempre habrá algo que no saldrá como lo planeas, pero qué buen paro hace desayunar unos Corn Flakes de Nestlé para comenzar bien el día.