Praderas de las Letrinas.- Un joven de Cacamahuilpa se rehusa a ir al baño hasta que no aparezca su celular, mismo que lo tenía en modo vibrador y por eso no se escucha ni aunque su mujer le mande mensajes.
“Aquí lo dejé, alguien lo debe haber agarrado”, decía con seguridad el individuo mientras caminaba chistoso.
A pesar de ya llevar casi media hora buscando el aparato, el millennial necesitado de sus redes sociales se niega terminantemente a ir al baño, e incluso ya buscó debajo de la cama, que normalmente es “el último lugar donde todos buscan”, y no apareció ahí.
A la orden de “¡Nadie hable!”, el individuo se marca del celular de su novia para ver si lo escucha vibrar pero lo único que se escucha es la pelea de los vecinos y el ruido del refri.
“¡No puede ser, ¿a poco no va a aparecer?!”, preguntó reflexivamente el joven justo cuando empezaba a sudar.
Ya cuando se resignó, el sujeto con esfínteres poderosos empezó a buscar una revista del catálogo de Avon, misma que utilizaba mucho antes de la llegada de los teléfonos inteligentes.
Tras decidirse a entrar al baño, salió a los pocos minutos, en señal de que no necesita 1 hora para hacer sus necesidades, tal y como solía tardar cuando sí tenía su celular en la mano.
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