Eso explica muchas cosas
México.- Antropólogos de la Universidad de Mi Nezota revelaron en un estudio por qué algunos millennials viven en constante frustración. Esto se debe a que, durante su infancia, anhelaban tener un micro hornito, pero nunca se los regalaron.
Ni en su cumple, ni en Navidad, ni el Día del Niño, ni siquiera los reyes se dignaron a cumplir con este capricho. En consecuencia, ahora son adultos con frustración, resentimiento y ganas de quejarse todo el día en Twitter. ¿Ya ven lo que ocasionaron, boomers?
El estudio revisó las vidas de 250 mil personas que tienen entre 25 y 35 años. La mayoría de ellas confesaron que siempre anhelaron tener un micro hornito para hacer los sabrosos pasteles, tal como se veía en el comercial. Sin embargo, el mundo es injusto y nunca lo tuvieron.
Yo sólo quería un micro hornito y que mi papá no fuera por cigarros
En consecuencia, estos individuos ahora tienen muchísima rabia, y jamás dejan de hacer berrinche. “Se trata de una generación a la que le tocó un camino muy difícil, pues en su infancia fue más traumática que la de los niños de la Segunda Guerra Mundial”, exageró un teórico.
Otros investigadores sostienen que no sólo la falta del micro hornito suscitó traumas en los ahora millennials. Sino también otros juguetes bien chéveres, como el carro Ricochet, la máquina de raspados, el juego de química de Mi Alegría y la pista de Hot Wheels.
Los expertos recomiendan que, para sanar este trauma, los millennials compren con su primer miserable sueldo un micro hornito. “Tienen que hacer las paces con su niño interior, el cual está muy herido, ya saben, deben vibrar alto y así”, teorizó un exagerado.
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