Adiós, cinturón de estoperoles; hola, corbata y gafete de la empresa
La Cruda Realidad.- Un reciente estudio en la sala de juntas de alguna empresa del Alto Godinazgo de Santa Fe reveló lo que ya todos sospechábamos. Sucede que los que ahora son Godínez antes eran rebeldes, bailaban ska y usaban cinturón de estoperoles.
Los empleados de dicha empresa confesaron que ellos iban a todas las tocadas de ska. Además, se ponían ebrios con aguas locas, echaban desmadre todos los viernes después de clases, e incluso les gustaba grafitear las bardas de sus colonias.
Sin embargo, los tiempos cambian, las canas salen, la cruda mata, las deudas crecen, se cae el pelo, se acaba todo. El mundo de la vida adulta ya no se parece para nada a aquella atmósfera de la juventud de la prepa o el CCH. Terrible, oremos.
Desde cachorrito ya bailaba ska, sus botas, su chaleco y su forma de andar, no está domesticado, es un gato ska
“Yo nunca voy a hacer un alineado del sistema, jamás me verás atado a un escritorio ni a una oficina que te absorbe la vida y la felicidad, voy a seguir en el slam forever, forever, forever”, dijo un chavito del año 2005, el cual ahora es ya todo un señor godin.
Otros empleados Godínez aseguraron que un requisito fundamental para ser un oficinista responsable es haber sido primero un adolescente desmadroso. “Nos hemos convertido en lo que juramos destruir”, reflexionó tu compañero de la oficina el que siempre deja todo apestoso el horno de microondas.
Por último, los chavorrucos lamentaron que en aquellos dorados años de la prepa tuvieran ganas pero no tuvieran dinero. Y ahora que hay dinero ya no existen las ganas de seguir bailando ska hasta la madrugada.
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