México.- El Instituto de Investigaciones Etílicas de la UNAM reveló en un reciente estudio que las personas que de niños acostumbraban usar resistol de barrilito, hoy tienen problemas de alcoholismo y constante sed de la mala.
Aunque no se entiende muy bien la relación entre ambas situaciones, científicos sospechan que este fenómeno se debe a que la forma del barrilito condicionó a los niños e hizo que inconscientemente se prepararan para una vida adulta de alcohol y desenfreno.
Otros analistas sostienen que más bien el resistol de barrilito generó un trauma en los infantes, pues era un pegamento que no servía e incluso pegar con baba era más eficiente. En consecuencia, los morritos fueron creciendo con frustración y angustia, lo que hace que ahora ahoguen sus penas en alcohol.
Sin embargo, los mismos alcohólicos a los que se les realizó este estudio afirmaron que sólo se trata de una feliz coincidencia. Y que más bien todo se debe a que el resistol de barrilito era uno de los útiles más valorados por los morros que iban en escuela pública, por lo que después estos morros terminaron yendo a las universidades públicas donde la sed de la mala es el pan de cada día.
Lo preocupante no es que ese pegamento los haya hecho alcohólicos, sino que dicha condición y modo de vida es una verdadera tragedia, no por los efectos de la cerveza, sino porque en ningún maldito lugar están vendiendo chelas por la estúpida ley seca.
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