Sólo unas cuantas patadas suavecitas
Embajada China.- Luego de las penosas declaraciones que la señito Carmen Salinas hizo sobre la gente de China, el gobierno de aquel país ya se indignó a tal punto que le exigió disculparse a esta señora. Pero, como una sola disculpa sería insuficiente, ¿no creen?…
“¡Qué comiencen las patadas!”, exclamó el primer ministro mientras unos guardias agarraron a Carmen Salinas para que ésta no escapara. “Sólo unas cuantas suavecitas”, agregó, el ministro mientras un tipo con cara de chaca comenzó a acercarse peligrosamente con una enorme bota.
Por su parte, el abogado de Carmen Salinas exigió más respeto y pidió que aquel país cese con los castigos corporales, “¡sólo un país enfermo de Coronavirus patea a una señora con una bota gigante!”, exclamó el abogado.
Eso va por la República popular de China
Sin embargo, el gobierno de China alegó que denigrar a la bota es delito y que es una de sus grandes tradiciones. De hecho, la imagen de la bota en el trasero era parte de la bandera de aquel país, según cuentan expertos en el tema.
Afortunadamente, el abogado de Carmen Salinas pudo prevenir el altercado al hurtar la enorme bota y amenazar al gobierno chino con patear al ministro. “Atrás, o pateo al primer ministro, lo juro por Dios que me mira”, amenazó el abogado y luego dio un emotivo discurso para disuadir al enfurecido gobierno de China.
Al final, el abogado y doña Carmen Salinas corrieron a la embajada de México a resguardarse de los agentes chinos, quienes los persiguieron e incluso propusieron sólo darle una patadita con zapato normal a Carmen. “A mí nadie me patea”, concluyó la señora Salinas mientras huían en helicóptero y todo Beijing se poblaba de serafias.