Qué bonito era, me cae
México.- Al estar adentrados dentro de 4 paredes, confinados por miedo a que el Covid_19 nos alcance, muchos millennials comienzan a ver el deterioro en el que se encuentran sus recámaras. Con ropa sucia, sin barrer desde hace meses y miles de tazas de café y colillas de cigarro, la imaginación se da vuelo recreando un mundo mejor.
No existe ni existirá otra recámara comparada a la de Arnold de la serie animada de Nickelodeon, Hey Arnold, donde un niño huérfano que vivía con sus abuelos tenía uno de los cuartos más épicos de los 90s, dos miles y más.
En esa habitación, Arnold tenía una limpieza fuera de normal para un preadolescente cualquiera. Contenía un sillón que se replegaba a la pared y era automático. Un techo de vidrio desde donde podía ver las estrellas, plantas y múltiples libros en un librero junto a su cama.
Es entonces que los millennials, los más rucos por así decirlo, sueñan con esa recámara como si fuera el ideal para vivir. Claro, cuatro paredes son cuatro paredes, pero estar dentro de esa recámara sería un sueño hecho realidad.
Se le exhorta a la ciudadanía barrer aunque sea un poco dentro de sus recámaras, hecho que no vencerá al Covid_19, pero sí los hará sentir mejor.
Manténganse en calma, compañeros, que esto pasará.