Tenga mijo, dese que para eso soy su padre
México.- Una de las grandes incógnitas de la humanidad es para qué sirven los hombres… más en específico, qué papel juegan en la reproducción de la especie además de poner la semilla para que crezca la flor. La ciencia no ha podido descifrar esta pregunta, pero sí ha logrado encontrar uno de los hallazgos de quizá redima la imagen del hombre ante la especie: el amamantar.
El acto de amamantar a un bebé funciona de la siguiente manera: de la sheshe sale la leche, con la leche come un bebé, el bebé vive y se convierte en un hombre…
Sin embargo, este trabajo se reservaba exclusivamente a las mujeres, quienes se hacen cargo del bebé hasta que dejara de producir el dulce nectar (kiascoooo). La ciencia ha avanzado drásticamente que apenas se descubrió que un seno es un seno en cualquiera de los dos casos, por lo que de ser abundante, puede existir la leche para amamantar.
Estudiosos sobre temas pechuguísticos hablaron al respecto: “Sí se puede pero solo si el hombre tiene el suficiente pecho para producir suficiente leche para alimentar a suficientes niños. Pero de que se puede, se puede amamantar”.
Hombres necios con pechos necios que acusaís a sus hijos de no agarrar la sheshe
Al parecer, existe una tribu secreta de hombres pechugones que tienen la oportunidad de conocer otro aspecto de la paternidad, realizando la dulce y tierna actividad de amamantar a sus criaturas.
Por su parte, grupos puritanos han desplegado su inconformidad a través de marchas y carteles para hacerle saber a los hombres pechugones que esto es antinatural, culpando a las madres de los niños de dejar que esto suceda.
“Mira, el hombre pechugón existe, pero que la mujer deje que esto suceda es obviamente su culpa”, afirmó todo Monterrey.