Listas

10 grandes canciones de Cri Cri que los progres considerarían racistas

Conociendo el origen del patriarcado

La hermenéutica.- Francisco Gabilondo Soler, mejor conocido como Cri Cri, fue uno de los compositores más importantes de México. Y es que sus canciones han acompañado y educado a muchas generaciones de niños en todo nuestro bendito país.

No obstante, los tiempos han cambiado y si hoy en día escuchas con atención una canción de Cri Cri, te darás cuenta de que sólo se trataba de un compositor con ideas muy de la época, las cuales hoy en día ya no van.

Y no es por querer manchar el nombre del gran músico que fue Francisco Gabilondo Soler, pues este señorón llenó de alegría a miles de niños mexicanos que hoy en día se espantan con las marchas feministas.

Es por esta razón que en El Deforma nos dimos a la tarea de realizar un análisis hermenéutico con la canciones de Cri Cri. Con la intención de desenmascarar a este personaje musical que tanto daño nos ha hecho.

Acá algunos ejemplo:

1. Negrito Sandía

Tal vez esta sea la canción más racista de todas, ya que un fragmento de la letra dice más o menos así: “Y mientras ella te va a agarrar, en los cajones he de buscar, una libreta para apuntar, los garrotazos que te va a dar. Con el palo que utiliza, el castigo te horroriza. Y después de la paliza, me voy a morir de risa”.

2. Chinescas

En esta canción, a través de prejuicios ultra violentos, Cri Cri ataca a la comunidad asiática con ferocidad: “Chinito sería feliz, con las cosas de tu país: prenden farolitos, comen con palitos, tienen chata la nariz”.

3. El ropavajero

Ahora le toca al machismo. Y es que en esta canción, haciéndose pasar por un ropavejero, el músico se burla de las mujeres haciendo referencia a estereotipos del patriarcado: “¡Comadres chismosas! ¡Cotorras latosas! ¡Y viejas regañonas pa’ meter en mi costal! ¡Cambio, vendo y compro! ¡Compro, vendo y cambio! ¡Cambio, vendo y compro por igual!”.

4. La jota de la jota

Y la homofobia no podía faltar, pues aquí se burla de la jota: “Trajo un gran diccionario. Muy enojado lo abrió. Y señalando una letra, el profesor exclamó: ¡Estúpido niño vergüenza me da! la jota es la letra antes de la k”.

5. Métete Teté

No cabe duda de que lo suyo era el machismo, y en Métete Teté vuelve a atacar a las mujeres con estereotipos y violencia de género: “Lágrimas o consejos, no la pueden convencer, sigue en los balcones, y a lo lejos mira Esther. Sólo pasan morenos y uno que otro gandul, pero nuestra niña, quiere un príncipe azul”.

6. Jicote Aguamielero

Aquí usa al reino de las abejas como metáfora para lanzar un discurso clasista, el cual ha destruido a la sociedad mexicana actual: “Leí que éramos iguales, a según la Constitución, la sociedad sin clases la creí, pero ya vio que no”.

7. El Comal y la Olla

Como decíamos, el machismo es lo que más resalta en las canciones de Cri Cri, como ya le decimos: “El Comal miró a su pareja: ¿Qué dijites? Ya estás vieja! Si no puedes con la sopa de quelites, mucho menos con lentejas”.

8. La Merienda

En La Merienda vuelve el clasismo y esta vez se queja de las “sirvientas”, a quienes ya ni siquiera se les puedes decir así. Qué barbaridad: “Ay mamá, esto tiene nata, la sirvienta esta es una lata, yo así no la quiero tomar, que se la lleve a colar”.

9. El Ratón Vaquero

En El Ratón Vaquero habla despectivamente sobre las ratas, sobre todo porque son de Estados Unidos, mostrando una vez más su clasismo: “En la ratonera ha caído un ratón, con sus dos pistolas ,y su traje de cowboy, ha de ser gringito, porque siempre habla ingles, a más de ser güerito, y tener grandes los pies.

10. El Negrito Bailarín

Y qué mejor que el racismo para cerrar con este listado, pues en esta canción Cri Cri vuelve a reírse de la comunidad afroamericana: “¡Un negrito bailarín de bastón y con bombín, con clavel en el ojal, pero que se porta mal!”.

Como verán, Cri Cri es la fuente de todo el mal que hay en nuestro país, por lo que sería menester que ya nadie escuche sus canciones. Situación que, de hecho, ya está pasando.

Seguiremos informando.

Yisus

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