México.- Muy temprano en la mañana, María Berenice Solar, decidió que hoy se quería ver muy cookie, muy perrita, muy altiva para los últimos días de trabajo en su oficina ubicada en Santa Fe, antes de salir de vacaciones. Acudió a la ropa de su clóset y observó una falda que hacía varios meses no se ponía. “Hoy es el día”, se dijo, sin contemplar en lo más mínimo el Frente Frío 23 que azotó al país.
Mientras desayunaba, María pensaba en lo linda que se sentía con esa falda y lo bien que iba con botas altas y su nueva chamarra que combinaba con todo. Cerró la puerta tras de sí y repentinamente le entró un golpe de frío que la hizo temblar, clásico de cualquier Frente Frío.
“¿Me cambio o no me cambio?”, se preguntó al ver el cielo grisaceo que no contempló desde su ventana. Como iba 10 minutos tarde, pensó que el frío estaba en la mente y se encaminó hacia su trabajo.
Por supuesto, el Frente Frío no dejó que avanzara más de una cuadra para maldecir a la vida por ese momento, pues ni siquiera el uso de sus mallas la protegía del terrible viento congelado.
Como pudo llegó hasta su trabajo, donde la temperatura estaba ambiente, combatiendo el Frente Frío hombro a hombro, godín a godín, con ese asqueroso calor humano que ahora le parecía reconfortante.
Muchos la miraron entre risas y lástima, pero “La Bere” no se dejó vencer, sobrevive aún en el frío rincón de su escritorio, esperando a que alguien, algún alma piadosa le ofrezca un par de pantalones. “Sobrevivir para congelarse”, pensó antes de ir al baño a llorar de frío.
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