México.- Todos conocemos, hemos dormido, convivido o hemos olido a una persona, sea hombre o mujer, a la que le huelen las patas. Y no cualquier olorcillo cualquiera, sino que le hieden las pantuflas que prácticamente te quema las pestañas.
Aunque no podemos ser crueles con este tipo de seres, pues uno nunca sabe cuándo te llega un zapato o una especie de hongo, y puedas convertirte en esa clase de persona, con el terrible castigo de la pestilencia. Sí, me dirijo a ustedes las que usan flats, muy monas y todo pero con las patas bien apestosas.
Aquí no venimos a juzgar, sino a celebrar que existen, pues sus olores nos hacen apreciar el no olor, eso que no existe pero que lo apreciar cuando dejas de tenerlo. Así que acompáñenme a ver a este tipo de persona, y recuerden, no juzguen, disfruten, vivan, gocen su compañía porque también son personas y a nadie le gusta estar solo… menos al vato que de plano se deja las uñas largas de los pies, eso sí que perro asco.
La opinión la dio luego de apoyar al gobierno de Ecuador
"Puso en riesgo las relaciones bilaterales con ese país" , espetó el mandatario
CLONADAMENTE CIERTO
ENCHILADAMENTE REAL
DOLOROSAMENTE CIERTO
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