México.- Un joven mesero alfa de la Condechi, conocido como Leandro Pezzella, pero que en realidad se llama Saturnino López, entró en una severa crisis depresiva y en un conflicto de identidad laboral luego de descubrir que las propinas no son obligatorias.
El joven mesero, quien domina perfectamente el acento argentino para impresionar a la clientela, dijo estar sumamente desilusionado con su gremio meseril, y que mejor regresará a su patria (Ciudad Neza) para seguir trabajando en la vulcanizadora de su papá.
Pezzella comentó que su parte favorita de ser mesero era cuando le escupía a la sop… digo, cuando lograba cargar una charola con más de siete bebidas sin que se le cayera una sola gotita de refresco.
Además de dominar el acento argentino, el joven mesero ya sabía pronunciar perfectamente: “c’est la soupe à l’oignon, Monsieur” y “omelette du fromage”. Sin embargo, estas habilidades
no lo consolaron cuando se enteró de que los comensales podían no dejar ni un peso de propina.“¿Por qué nadie me lo dijo?, ¡ay, debo haber parecido un idiota!”, exclamó el mesero cuando se chitó los más de 2000 comentarios de una nota que compartimos en este humilde medio, donde una mesera se indignó de que le dejaran 86 pesos de propina.
El caso es que Leandro Pezzella abandonó su nombre artístico para volver a ser Saturnino López, colgó su trapo de mesero, se quitó el mandil y presentó su renuncia para volver a trabajar inflando llantas en el changarro de su apá. “Es un negocio humilde, pero honesto”, concluyó Saturnino.
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