Mundo posmoderno.- Si andas paseando en un lugar público y quieres sentarte un rato en la banquita del parque, asegúrate nomás que no se te vayan a clavar unos picos en el trasero, pues quizás para usar la banca primero debes depositar una moneda.
Quizás ese grado de locura capitalista aún esté muy lejos de México. Pero allá, en las Europas, existe una banca a la que le debes depositar cincuenta céntimos de euro para poder utilizarla. Es neta.
El mecanismo funciona así: la banca tiene picos, entonces tú sacas una moneda, la depositas en una especie de alcancía (como la de los teléfonos de moneda), los picos bajan y así te puedes sentar un rato. Después suena un “piiii-piiii-piiii” que significa: “órale ya párate, tu tiempo se acabó”, y debes pararte en friega antes de que los picos vuelvan a salir.
La buena noticia de todo esto es que, aun cuando la banca es real y sí funciona así, no la hizo ninguna empresa maliciosa, sino un artista posmo alemán llamado Fabian Brunsing, y lo hizo más bien como una instalación para crear conciencia. Su proyecto se titula “Paga y siéntate”, “Pay & Sit”.
Veamos:Lo triste del asunto es que, según otros medios más serios, en China sí existen bancas con picos, pues hay mucha gente y todos se quieren sentar. Además de que también siempre han existido este tipo de picos en otros lugares para alejar a vagabundos (gente cruel), así que falta poco para que alguien comience a capitalizar ese sistema de tortura.
Pero si a alguna mente enferma y emprendedora se le ocurre hacerlo realidad, debería considerar que las bancas funcionen no echándole una moneda sino por medio de una App: sacas tu celular, escaneas el QR de la banca donde quieres sentarte, eliges el tiempo, se te cobra en automático y listo.
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CLONADAMENTE CIERTO
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