Sólo quedan de panza y nadie quiere
Meméxico.- Como es sabido por todos los mexicanos una de las tradiciones inquebrantables del domingo es desayunar barbacoa en algún puesto cercano a nuestro hogar aún vestidos con pants y crocs o al menos lagañas en los ojos.
Luego de un sábado caótico, mayormente dominado por los excesos, los domingos se consiente al paladar y al cuerpo ingiriendo los tacos que Dios nos envió para dichos malestares: La barbacoa, cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Sin embargo al despertar esta mañana nuestro becario se dirigió, como de costumbre, a su puesto de barbacha de confianza y pensó que después de una semana de explotación laboral y ponerse la camiseta sin que le pagáramos las horas extras por fin podía darse “un gustito”.
Sin embargo la triste noticia que recibió del mismísimo taquero fue que la barbacoa ya se le había acabado. Repetimos. La barbacoa ya se acabó y ya sólo quedan tacos de panza, como 20 kilos porque nadie realmente la pide.
Sabemos que la situación actual no está para dar malas noticias, pero nuestro compromiso con la verdad nos obliga a ello.