Pero aún se ve un poco lejos
México.- David Muñoz, ilustre y joven oficinista de algún edificio la Ciudad de México, ha permanecido todo el día pegado a la ventana que está a un lado de su cubículo, a la espera de que, a lo lejos, se vea llegar la tan anhelada llegada de Semana Santa. Pero ni sus luces.
Sus compañeros Godínez reportaron que desde que checó su hora de entrada, el joven David no ha podido avanzar en su monorrítmico trabajo de oficina, y sólo ha estado mirando con ansias la ventana, intentando divisar el horizonte para ver si mero llega Semana Santa. Pero ni sus pinshis luces.
“Ni siquiera se comió su torta de tamal, pobre Deibid, hasta trajo sus tuppers vacíos, además hoy le tocaba cambiar el garrafón y no lo ha hecho, sí anda bien triste, la neta”, comentó reflexiva Gabriela Suárez, compañera de cubículo de David.
El añorante David pidió a sus compañeros que no lo molestaran el día de hoy, pues, según él mismo dijo, su corazón se siente achicopalado y afligido y sólo desea esperar la feliz llegada del asueto por ser Semana Santa.
Por su parte, el diabólico licenciado Pineda, jefe directo de David y de otros 24 Godínez más, concedió que el melancólico joven tuviera hoy un día de reflexión cerca de la ventana, pero advirtió que este día perdido se lo iba a hacer pagar viniendo a trabajar en jueves o viernes santo.