Me da cuatro Caídas de Tenochtitlán con cebolla y cilantro
Arroyo del Complejo.- En días recientes, descubrimos que el degustar tacos de carnitas es celebrar la caída de Tenochtitlán. Así nos lo dijo la senadora Jesusa (sí, no se llama Tenocha o Quetzalcóatla, sino Jesusa) usando tecnología occidental, vacunada, vestida en telas y hablando castellano.
Sus palabras cargadas de conciencia y peyote, nos han puesto a pensar en otros platillos que comemos y que también son malvados:
1. El Flan es una mezcla de harina, leche, blanquillos y mantequilla, todos traídos por los conquistadores malvados.
2. Un chocomilk azteca deber ser duro y sin azúcar. Cómelo como Huitzilopochtli manda.
3. Arrancar un camote o una papa del suelo sin permiso de la Madre Tierra es un crimen que amerita becas del gobierno federal.
4. Al comer chiles en Nogada se celebra al malvado Agustín de Iturbide como padre de la independencia, y eso no lo podemos permitir.
5. Las gringas son una cosificación de las caucásicas rellenas en queso de cabra, ritual que era usado por las druidas celtas. El ponerle salsa encima para que pique es una forma de control heteropatriarcal.
6. El Pozole. La receta mexica dice claramente que debe llevar extremidades humanas, y como no había limón, pues sin limón, ah, y sin cebolla porque da asco.
7. El jugo de naranja es colonizador, pues no existían cítricos en estas tierras antes de la llegada de los españoles. No los tomes.
8. El mole es sin duda el platillo por autonomasía del feudalismo neoliberal.
9. El licuado de fresa simula los cólicos premenstruales, y como tal, son opresivos.
10. Una manzana conmemora la fruta que cayó la cabeza de Cortés del Árbol de la Noche Triste, no, ¿cómo era…?
11. El machito en la birria es un platillo sin consciencia de género.