Restaurante Gusteau, Francia.- Una de las formas más hermosas y sublimes de la trascendencia humana se encuentra en las ideas, porque son a prueba de balas, del olvido y del mismo tiempo. La creación, la escritura, la literatura marca un proceso delineador en nuestra cultura; y no es necesario escribir con el corazón para quedarte en la historia del mundo, solo necesitas mucho dinero, una productora monopólica industrial y una gran historia.
Así es Ratatouille y su personaje más extrañamente entrañable, el crítico gastronómico, Anton Ego.
Esta mañana en la cumbre internacional de la Organización de las Naciones Unidas declararon el discurso de Anton Ego como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una condecoración de la excelencia que deja fuera no solo al N-Word favorito de los derechos civiles, Martin Luther King Jr, también desbanca a Nina Simone, el monólogo de BoJack en el funeral de su madre (oops), John F. Kennedy y a Niurka con la revolucionara frase “Bailas?”
Tales palabras quedaron para siempre en la memoria de quienes vimos Ratatouille, el carisma e impacto emocional representa uno de los mejores discursos cinematográficos y un deleite para quienes no nacimos con sordera permanente.
Sin más, les dejamos este magistral momento, una guirnalda que arrodilla a todos los imperios de la crueldad, una visión que existe en nuestros sueños y vive más allá de la muerte. Un aplauso.
En memoria del actor de doblaje Germán Robles y saludos a Efraín Pérez Espino, profesor que se parece mucho a Ego.
La opinión la dio luego de apoyar al gobierno de Ecuador
"Puso en riesgo las relaciones bilaterales con ese país" , espetó el mandatario
CLONADAMENTE CIERTO
ENCHILADAMENTE REAL
DOLOROSAMENTE CIERTO
Ladrón que allane casas será exhibido a nivel nacional