México.- Fernando Gómez, robusto y antipático individuo de la Ciudad de las Guajolotas, pagó una membresía anual en el gimnasio de su colonia, luego de que el doctor le dijera que ya sólo le faltaba aumentar dos kilos para tener que ser buena onda.
“Yo no quiero ser buena onda, ni que digan ‘ay ese gordito es bien chido’, nel, yo odio a la gente por igual, me cagan todos; es más, no te conozco pero *ingas a tu madre”, refunfuñó el amargado individuo mientras intentaba hacer 4 abdominales.
Según testigos del consultorio médico, el doctor le entregó un misterioso sobre amarillo a Fernando, quien lo abrió y descubrió que era su diagnóstico. Fernando, en seguida fue con unos paleógrafos profesionales para que descifraran la letra del médico
y le pudieran revelar su estado de salud.“Aquí dice que debes bajarle a las carnitas, a los tacos al pastor, a las tortas de tamal y a las hamburguesas, porque si subes dos kilos más, vas a tener que ser buen pedo”, comentó el paleógrafo.
En consecuencia, Fernando salió corriendo para inscribirse al gimnasio; asimismo, comenzó un estricto régimen de dietas, todo con la finalidad de no tener que convertirse en el gordito agradable de su trabajo.
“La comida me encanta, pero ser mamerto es algo a lo que nunca podría renunciar, por eso voy a sacrificar los carbohidratos y las grasas saturadas”, concluyó el robusto individuo, y se puso a correr en la caminadora del gym.
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