De chinga quedito, les dicen
Antártida.- Imaginaos una tranquila tarde en la congelada Antártida, explorando en el hielo, viendo un par de pingüinos picotear un pez, quizá una tierna foquita siendo picoteada por algún aldeano, y como todo se convierte en un constante picoteo, también encontrarás a dos rusos luchando por sus vidas con un cuchillo de mesa en mano.
Tal fue el caso de Sergey Savitsky y Oleg Beloguzov, dos amantes de la lectura que no tienen absolutamente nada más que hacer que la ciencia, uno que otro día de amor homoerótico y leer hasta quedarse dormidos.
Su amor por los libros llegó a tal nivel que un buen día, Sergey, cansado de que Oleg estuviera jodiendo con los spoilers de los libros que él ya había terminado, terminó por “guardarle un buen fierro” justo ahí, en medio del cocoro.
Nuestro grupo de expertos animadores lograron recrear la escena de la siguiente manera:
Por suerte nadie murió, quizá su amistad y el proyecto que llevaron a cabo durante cuatro largos años, pero Oleg se encuentra en cuidados intensivos con una herida en el pecho. Mientras tanto, las autoridades capturaron a Sergey, quien se encuentra en actual arresto domiciliario por intento de asesinato.
Atrás quedó la era de matarse por un pan, la modernidad nos ha llevado a querer matarnos por un spoiler. ¿Qué sigue?, ¿matarnos por un asiento del Metro?
¿Qué dicen los expertos?