Mejor quédate otros 20 años con tus papás
Casa de tus papás – Lo primero en lo que uno piensa al cumplir 18 años es en la libertad. Ya vas a poder tener credencial para votar, para principalmente para embriagarte de una forma menos clandestina y así mismo poder entrar a antros o barcitos menos pinchurrientos.
Cuando al fin se te presenta la oportunidad de vivir solo y no preocuparte por pedir permisos, o que te tengas que comer cosas que no te gusten durante días, porque no se acaba, representará abrir las puertas del paraíso, este bello momento es pan para el hambriento, agua para el sediento, es brújula para el piloto, es espada para el soldado, luz para el que anda en tinieblas, consuelo para el triste y mina de riqueza para hallar la verdadera felicidad, tal como dice Dios nuestro señor.
Pero al poco tiempo de darte aires de adulto independiente, te darás también cuenta que no todo es diversión y que la vida que te daban tus papás en realidad no era tan mala. Tu sueldo de cajero ya no te va a alcanzar y descubrirás que eso de hacer fiestas cada ocho días es muy cansado.
Por esa razón, recopilamos una serie de cosas invitándote a la reflexión y a que comprendas por qué tanto treintón sigue aferrado, cual gato con miedo, al nido familiar que lo vio nacer.