El Mundial.- A los pocos minutos de que diera inicio el último partido del Mundial, la afición brasileña por fin ha tenido una aparición digna dentro de una cancha de Rusia: todo gracias a un jugador aclamado y querido desde hace muchos ayeres: Ronaldinho.
El futbolista del Jogo Bonito se hizo presente en la final de futbol, metiéndose con un bongó a la cancha para animar brasileiramente a los jugadores que se disputan la Copa. La sonrisa y el ritmo de Ronaldinho han hecho vibrar a cientos de aficionados que han confesado que “Nossa, nossa, assim você me mata, ai se eu te pego…”
Por su parte, Neymar, al ver que un colega suyo logró estar en la final, se tiró al suelo y pataleó a fin de que el árbitro marcara una tarjeta roja para Ronaldinho y, de esta manera, abandonara la cancha.
Ronaldinho inmediatamente fue expulsado por la grave falta de herir los sentimientos del joven futbolista (quien aún sigue patalendo en el suelo) y se tuvo que conformar viendo el partido desde las bancas del estadio.
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"Puso en riesgo las relaciones bilaterales con ese país" , espetó el mandatario
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