Por eso no podemos tener cosas bonitas
México.- Si hay algo en lo caracterizamos los mexicanos aparte de ser chambeadores, amigables y respetuosos, es por ser huevones, hostiles y groseros con nuestro entorno, como el niño latoso de esta historia.
Pues resulta que una familia se encontraba de visita en el Museo dela Alhóndiga de Granaditas, en la Ciudad de Guanajuato, que como todos recordarán fue el primer escenario de las revueltas armadas que acontecieron en el siglo XIX para luchar por la independencia de nuestro país.
Pero algo con lo que no contaban nuestros héroes patrios era con esta descuidada familia y su bendición que apagó el “Fuego de la libertad”, un pebetero que se había mantenido encendido durante 200 años (Aunque era renovado cada 28 días).
El pequeño antipatriota y su familia fueron retirados inmediatamente del área, aunque siguieron paseando dentro del museo, donde el niño siguió corriendo y haciendo travesuras impunemente.
El grosero acto del niño puede causar indignación, pero también es una señal de karma histórico, ya que diversos paisanos han causado desastres en otros países, apagando el “Fuego eterno” en Francia, deteniendo un tren bala en Japón, colocando un sombrero de mariachi a una estatua de Nelson Mandela en Sudáfrica o arrojándose de un crucero en Brasil.