El Mundial.- En este cardiaco primer tiempo, la afición mexicana ha sido testigo de los tiritititos y acariciadas de balón, jugadas que a todos nos tienen con el Jesús en la boca, a pesar de que ya les lanzamos a los suecos la maldición cruzazulera.
Faltando varios minutos del segundo tiempo, la preocupación ha llegado incluso hasta la mismísima cancha, afectando no sólo a los aficionados que tuvieron lana y se lanzaron a Rusia, sino también al director técnico, Juan Carlos Osorio.
A continuación, veremos cómo nuestro DT, por un descuido futbolero, se dejó poseer por algún demonio sueco, quien se manifestó inmediatamente a través del cuerpo de Osorio, provocándole una repentina tos y unas ganas de escupir el mal que lo poseía.
Fuentes cerveceras especulan que también pudo tratarse de algún chicle imaginario que se le atoró en la garganta; otros dicen que se le atoró un “*uleeeero, *uleeeero” que quería decirle al árbitro cuando éste sólo favorecía a los suecos. Algunos más dicen que sólo tenía el “Jesús en la boca” y se lo tragó sin querer. Pero lo más probable es que, efectivamente, tenía a un ente sueco demoniaco en la garganta.
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