“Ay mi amor, qué inquietin andas eh”, afirmó
Estados Unidos.- Siempre existe ese méndigo escuincle que arruina la diversión de todos, en especial la de sus padres, ya sea en el cine, en el supermercado, hasta cuando paseas por la calle a las 11pm, siempre hay un par de padres que consideran una gran idea soltar a sus niños a su voluntad.
Ah pero todo es risitas y “ya estate, h’ombre” hasta que ALGUIEN rompe algo y termina por cargar una exorbitante cantidad en una ya saturada tarjeta.
Esta es la historia de un pacífico museo en Kansas, paz que se vio perturbada por este ser que vino a destruirlo todo: sus sueños, sus esperanzas, su cartera porque endeudó a sus padres con más de 2 millones de dólares.
Mientras las doñitas cotorreaban y se actualizaban en los chismes de la semana, sus dos bendiciones corrían y jugaban, hasta que uno decidió tocar la escultura de Afrodita, derribando esta pieza, para justo después pelarse con esas dos piernecillas que Dios le dio.
Los padres afirman que sus niños están bien vigilados, aunque, como todo buen perrito que se encuentra un pedazo de pollo en la calle y se lo come en 3 segundos, los accidentes con las criaturas simplemente pasan.
Ahora la familia Goodman tendrá que pagar una deuda de 132 mil dólares, y olvidarse de la universidad para el buen Timmy.