Un atentado contra sus costumbres
México, México, Ra, Ra, Ra.- Ante la triste realidad de que Meade no levanta ni en su casa, el PRI ha decidido tomar medidas drásticas. Esta semana le notificó a todos los empleados del gobierno, burócratas y sindicalizados, que aquellos que no den su voto a Pepe Toño serán obligados a trabajar.
Es bien sabido que, desde tiempos del General Lázaro Cárdenas, los empleados del gobierno han sido utilizados, a través de sus líderes sindicales (también llamados “charros”), para todo tipo de actividades: votar por el PRI, llenar eventos del PRI, sabotear eventos que no tengan que ver con el PRI o comerse las tortas y frutsis que les da el PRI.
Sin embargo, nunca se les ha dicho que hagan su trabajo, por lo que durante varias décadas las oficinas se plagan de empleados haciendo tandas, echando el chisme o mandando a las personas de ventanilla en ventanilla hasta arrojarlos al foso de la locura.
Por ello, la amenaza del PRI ha tomado a los burócratas por sorpresa, ya que temen que, de no votar por Meade (y por Barrales en la CDMX), los jefes cumplan su promesa y los pongan a trabajar.
“Los sindicatos somos indispensables: nosotros fuimos los que organizamos a los empleados para otorgarles derechos y seguridad social, pero en su lugar preferimos apoyar al gobierno y reventar manifestaciones“, aseguró el Licenciado Pancracio Benavides, antes de rematar: “Solíamos construir mierda en este país, ahora sólo robamos de la bolsa del vecino”.