Se puso a bailar ska, ska, ska
México.- José Chávez Aguilar, ilustre chavorruco del pueblo mágico de Iztapalapa, creó un agujero de gusano y viajó en el tiempo hasta llegar al año 2002. Este accidente ocurrió cuando encontró su cinturón de estoperoles y decidió usarlo, como en los viejos tiempos.
Aunque el muchacho de 42 años ya tiene algunos kilos de más y el cinturón apenas le cupo en el último agujero, le bastó con ajustarlo un poco para que el viaje en el tiempo comenzara. Apenas se abrochó su peculiar cinturón de estoperoles, comenzó a escuchar un extraño ruido que decía: “hooooy te vaaasss…”, y de repente una descarga de trompetas retumbó en su alcoba.
De esta manera, bailando ska, ska, ska, José se fue trasladando al año 2002, cuando la vida era muy diferente y la chaviza de entonces no eran otakus sino skatos; y, en lugar de reunirse para ver memes, se reunían para armar un slam que producía algunas fracturas y rasguñones.
José Chávez Aguilar reapareció en un toquín de Iztapalapa, listo para bailar durante horas, al son de la Tremenda Corte, Panteón Rococó, Inspector, Ska-p y algo de reggae como Rastrillos y Antidoping.
Sus compañeros lo vieron algo envejecido, “¿qué te pasó?, ¡te pareces a tu papá!”, le dijo un amigo suyo. Pero no hubo fijón y mientras bailaba se le fueron disolviendo las arrugas, las deudas con el SAT, los años vividos y las lonjitas.
Sin embargo, cuando “se le aflojó el mastique” (según él mismo confesó), y fue al baño, al desabrocharse el cinturón, el agujero de gusano volvió a abrirse y el joven José regresó a este complejo año 2018. Con una lágrima en los ojos y mucha nostalgia en su corazón, volvió a guardar su cinturón de estoperoles y luego de decir: “ni pedo, la vida sigue”, fue a meterle tres litros de gasolina a su vochito, antes de que otro gasolinazo lo sorprendiera.
