México.- Después de ver a Guillermo del Toro levantar la estatuilla dorada por su película “La forma del agua”, Inocencio Larriaga, un joven contador de 37 años decidió dejar su prolífica carrera como contador para aventurarse en el mundo del séptimo arte.
Soñando con algún día estar en la gala de los premios Oscar, el contador dejó de lado las firmas electrónicas, las hojas de cálculo y las fechas de corte por una cámara de video, una boina y una máquina de escribir.
“Yo siempre supe que estaba predestinado para hacer cosas grandes y siempre me ha gustado ver películas así que creo que es mi verdadera pasión” mencionó Inocencio mientras firmaba su carta de renuncia.
Después de dos videotutoriales en you tube sobre cine, Inocencio se concentró en la creación de su primer largometraje, en el cual le demoró toda la noche y entregó cada parte de su ser al guión, que como declaración anual quedó listo sobre la hora.
Su ópera prima titulada “Saldo a favor” se tratará sobre la increíble vida de un joven inmerso en el mundo de la contaduría y cómo tiene que lidiar con la página del SAT para deducir los impuestos de la joven a quien quiere conquistar.
“No sabía que escribir fuera tan fácil, las palabras me salieron con facilidad y ya nomás me falta ir a imprimir el guión al café internet para presentarlo a una productora de cine en Hollywood y firmar un contrato millonario”
declaró el contador quien ya se prepara junto con su compadre que toma fotos en bautizos para probar suerte en el país vecino.Mientras tanto, la esposa de Inocencio y sus tres hijos mantienen reservados sus comentarios al respecto luego de que el optimista contador ya ha incursionado en otros campos laborales como la fotografía, el fútbol, el box, la política, la invención, el arte dramático y la misma contaduría.
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