Según el Banco Interamericano de Desarrollo, nuestro país está en el lugar 13 de 17 posibles en cuanto al avance de nuestra calidad laboral. Lo que significa que lo único que tenemos para vender los pobres, o sea nuestra fuerza de trabajo, vale menos aquí en México que prácticamente en todo el continente.
Para que te pegue menos el dato que demuestra como literalmente el sistema demerita tu esfuerzo y no puedes hacer nada, te traemos un recuento de tu vida en la chamba y cómo le hiciste para llegarle a decir “wey” al jefe:
1. Todos te agarran de bajada
2. Llegas con las manos todas sudadas y para estrechar la mano de alguien tienes que limpiarte en el pantalón
3. Te limitas a hacer tu trabajo y no quieres ni alzar la mano para que no se note tus axilas mojadas
4. Ante la primera broma del jefe te ries y si le cae al zapato se lo limpias
5. Llevas lápices marcados con tu nombre
6. Ya han entrado nuevos compañeros entonces formas parte del grupo de “los que ya saben qué pedo”
7. Te agarras de bajada a otros
8. Compartes una experiencia personal con el jefe (te pones una peda con él)
9. Te das el lujo de llegar tarde
10. Le das un regalo lambiscón al jefe
11. Puedes poner música un poquito más fuerte y no te importa lo que puedan hacerte
12. Dejas de preocuparte por impresionar a todos
13. Vas a comer a casa del mero mero
14. Realizas actividad física junto a tus compañeros
15. Conoces un secreto sucio del jefe
16. Impresionas a tu jefe en un concurso infantil de maquetas con una modelo a escala de tu unidad de trabajo con unas rayas de carreras
17. Reemplazas al trabajador que te enseñó todo
18. Tu jefe te presta su vaporizador durante la chamba
19. Te ligas a su esposa o hija (la primera que se deje)
20. Vives un temblor con tus compañeros
21. Compartes trauma con todos los de la oficina
22. Ni recuerdas tu primer día
23. Acechas el puesto de tu superior
24. Se te olvida cómo era tu vida antes de chambear
25. Pierdes el piso y te cojes a todas las secretarias mientras bebes whisky y fumas habanos