Alguien tenía que lucrar con esta problemática bazofia
Hollywood.- Este año se ha convertido en el máximo destapadero de escándalos sexuales provenientes del mundo farandulero ( y social) de la historia. El primero en caer fue uno de los productores más influyentes del cine, Harvey Weinstein, quien es denunciado por acosar a varias actrices y por ello, se nos fue hasta el fondo.
Uno a uno fue cayendo conforme pasaron las semanas. Kevin Spacey en su entreñable papel en “Me cae este escandalito de hace 30 años, me declaro gay ALV”; Dustin Huffman en “A ver a quién más nos reventamos con sus locas y perversas aventuras”; y el más reciente, Charlie Sheen, reconocido cochinote de antaño, a quien ahora se le acusa de acosar sexualmente a un menor de edad.
Al observar este tipo de epidemia, un grupo de inversionistas al tanto del asunto decidió abrir el primer centro de rehabilitación que atendería únicamente a millonarios con problemas de adicción al sexo y acoso crónico hacia mujeres, hombres, adolescentes, animales y objetos inanimados que los estimule de maneras inquietantes.
Cada uno de los integrantes recibirá un tratamiento especial de psicología durante un año para sacarles lo pervertido, mientras se someten a diferentes actividades de desintoxicación, como congelar sus cuentas bancarias y grandes tomas de decisiones en puestos clave de una industria multimillonaria, ya que este tipo de abstinencia decrece el síndrome Don Bergas como se demuestra en este ejemplo:
