Crisis mundial
Chihuahua.- En el estado más grande de la República, conocido mejor como “ahí donde hacen un buen queso”, se ha reportado la desaparición de uno de sus atractivos más grandes, hablamos de Chihuahua. Pero no hay de qué preocuparse, todavía tienen al burro pintado de cebra que se toma fotos con los turistas ahí en esa calle principal del centro…
No… esperen… eso es en otro estado. Entonces sí, ¡sí alármense todos!, porque el único atractivo turístico (además de piedrotas, cuevas y montañas muy grandes) de Shiwawa ha desaparecido.
Estamos hablando de La Pascualita, la “momia” maniquí que ha estado presente en nuestra cultura y cuya historia te deja más helado que el corazón de cualquier suegra.
La Pascualita es un maniquí el cual ha dado pie a leyendas que aún se cuentan, su historia se remonta a 1930, en donde supuestamente apareció de la nada en el aparador de una tienda de vestidos en Chihuahua.
Todo iba bien hasta que allá por 1967, la dueña de la tienda falleció y entonces muchas personas comenzaron a decir que La Pascualita les seguía con la mirada, o que por breves segundos le aparecían venitas rojas en los ojos… Inclusive, se supo de algunas empleadas que trabajaban en La Popular, tienda en la que habita el maniquí, que renunciaron a su puesto porque la vieron llorar o moverse.
Resulta que la gente aledaña a la Avenida Ocampo, donde se encuentra el escaparate de esta perturbadora novia, reportó el vacío de turistas y demás cotorreo que provocaba esta leyenda. Y porque #provincia, la gente entró en frenético pánico.
Ya circula por redes sociales una teoría conspiranoica que afirma fueron los menonitas quienes se la llevaron, pensando que estaba rellena de delicioso queso blanco para unas buenas quesadillas. Otros afirman que fueron algunos extremistas quienes enterraron al maniquí para darle cristiana sepultura a la mujer que se encontraba dentro.
Mientras tanto, Chihuahua se queda sin ingreso turístico, por más que el gobierno quiera promover la imagen de Omar Chaparro y Lucha Villa como chihuahuenses ejemplares, la gente simplemente iba a ver a la Pascualita y a saludar a su primo norteño que habla como si siempre se estuviera quejando.
Seguiremos informando.
