Nada cambia
México.- La vida siempre regresa a lo mismo, todo lo sabemos pero nadie lo admite. Es momento de aceptar que también las fiestas de Navidad son regresiones completamente normales a nuestra hermosa infancia, donde no era necesario saber muchas cosas, solo hacías lo que se te antoje cuando se te antoje, aún si eso estaba relacionado con tus necesidades básicas como ir al baño.
Ahora que viene de vuelta diciembre y todos empezamos a decir “qué rápido se me pasó el año” como si el tiempo pasara diferente cada 12 meses, vale la pena recordar la manera en la que los festejos navideños nos dan un paseo por nuestra niñez y nos dejan volver a ser esos pequeños inmaduros seres que solo velan por su felicidad y gozo en cada instante de la vida.
Para todos aquellos que todavía lo niegan, nos dimos a la tarea de dejarlo en claro con 8 contundentes pruebas
1.- De chavito necesitas que alguien te acompañe al baño, de adulto es aún más importante
2.- De niño te tienen que llevar un cambio de ropa… de adulto, también
3.- De chico le pides a tu mamá que te deje jugar con las lucesitas de Navidad, de adulto te pide tu mamá que no juegues con las lucesitas de navidad “otra vez”
4.- De chamaco ruegas por jugar con el hombre de nieve, de “adulto” eres el hombre de nieve
5.- Antes te acercabas al niño Jesús, de adulto te atreves a hablar con él
6.- De niño te quedas dormido en el sillón, de adulto… solo cambias de lugar
7.- De pequeño lloras si no te dan tu botella, de adulto… también
8.- De niño te disfrazas de Santa, de grande le pides a ella que se disfrace de Santa
Aquí más y más pruebas