¡Botómetro para toda ocasión!
México.- Hasta hace unos años, el uso de camisa se consideraba algo formal, un símbolo de distinción, elegancia o, por lo menos, de un poquito de dignidad propia. Sin embargo, en fechas recientes, gracias a la proliferación de tribus, subtribus y abortos de tribus, las camisas han adquirido distintos significados dependiendo de quién las usa.
Es por ello que, en el Equipo de Investigación Estéticas del Deforma, nos dimos a la tarea de hacer un termómetro de personalidades dependiendo de qué tanto te abres la camisa. Cada botón, representa un estrato con el que seguro te identificarás.
1. Abotonado hasta el cuello – El Hipster
Esta especie en extinción, la cual hace apenas cinco años estaba de moda, hace uso de la camisa de franela con cuadritos abotonada hasta el cuello, sin importar el calor que haga. Es importante para mantener el estilo único y original igualito a todos los 5 millones de personas que también lo hacen.
2. Un botón – El casual
Favorito de universitarios, niños de secundaria, diseñadores gráficos y ninis, este look es el ideal para lucir decente sin que por eso tengas que ser una persona respetable. Con él podrás pasar desapercibido en casi cualquier situación.
3. Dos a tres botones – El wannabe mirrey
Este individuo intenta ser como el mirrey pero no vive cerca de las Lomas ni tiene dinero para lanzarse a Acapulquirri. En su lugar, usa lentes oscuros, pulseritas de listón y camisas de suburbia.
4. Hasta la mitad – El Mirrey
Lo mismo que el wannabe mirrey pero su papá tiene más dinero.
5. Debajo de la mitad – El Borracho
Tienes serios problemas de alcoholismo. Sueles ser misógino y no tienes respeto por la dignidad humana, comenzando por ti. A pesar de ello, te crees una persona respetable y puedes llegar lejos en la política.
6. Desabotonada – Te vale v3r64 la vida
Hace varios años dejaste de tener cualquier esperanza o anhelo en tu vida. Sólo te dedicas a pasar por esta existencia en medio de una avalancha de ira, depresión y hedonismo. Perdiste a tus amigos hace mucho y tu familia no recuerda tu nombre. Pero no olvides que, por horrible que sea todo, nunca es tarde para volver a abotonarte, poco a poco, tu maltrecha camisa.